En un día de seguir caminos buscando pueblos que ya ni aparecen en el mapa puedes no ver a una sola persona, ni un coche, no ver a nadie con prisas o del mal humor, no tener cobertura en el móvil... puedes encontrarte a una familia cuyos miembros viven dispersos por España y se reunen en su antiguo pueblo natal una vez al año, en la fecha en que antiguamente se celebraban las fiestas del pueblo. Allí donde nacieron y se criaron solo sigue en pie parte de la iglesia y algunas casas, en la plaza del pueblo, junto a la fuente en la que aún mana agua nos cuentan porqué abandonaron el pueblo poco a poco y nos transmiten la mezcla de nostalgia y alegria que sienten cuando se reunen en sus días de vacaciones para dormir en tiendas de campaña junto a las ruinas de sus casas, lejos de todo y de todos, nos cuentan que esperan todo el año con ilusión que lleguen esos días, que es el mejor sitio que se les ocurre para ir de vacaciones. Estoy completamente de acuerdo con ellos.